|
viernes, setiembre 29 |
¡Malditos roedores! Iba con mi familia en el coche cuando la temperatura del motor se disparó y empezó a salir humo. Al abrir el capó para comprobar el daño, me encontré de frente con los inteligentísimos ojos de una joven rata parda que, en plan okupa, se había instalado en su interior. Desconozco el tiempo que el inquieto animal llevaba allí, pero suficiente para que se comiera media docena de manguitos y provocara una avería que, según Benito, mi mecánico, no tiene arreglo.
Por Javier Palacios
|
UruDom 29.9.06  |
|
|